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Cuencos de CUARZO | Suena a Bienestar en tu vida

¿Cuál es el origen de los cuencos de cuarzo?

El uso de los cuencos para la sanación del ser humano, aunque cada vez es más conocido, tiene sus orígenes en el año 200 d.C. en la zona del Tíbet, La India, Japón, China y otros países de Oriente. Estos cuencos de metal tibetanos eran utilizados para la meditación y para la sanación de múltiples afecciones.

A esta fuerte tradición del uso de los cuencos como medio sanador se han ido agregando nuevas propiedades y características, y es así como el cuarzo pasa a formar parte de los materiales con los que se fabrican en la década de los 80. Estos maravillosos cuencos de cuarzo, llegaron para ampliar la familia del tradicional cuenco tibetano.

Los cristales de cuarzo son excelentes transductores de energía, es decir, son cristales que tienen la maravillosa capacidad de convertir un tipo de energía en otra distinta, por ejemplo, son capaces de transformar el sonido en luz. Increíble, ¿cierto?

Cuando los cristales de cuarzo del cuenco se activan a través del sonido, estos emiten un campo de energía a su alrededor con el poder de amplificar la energía con la que se esté creando dicho sonido. Es decir, si se conoce la forma correcta de dirigir la intención con la que se produce el sonido a través del cuenco, esta energía podrá amplificarse y beneficiar a todos los seres vivos que se encuentren dentro de su radio de acción.

En los antiguos textos Vedas de la India, se dice que el cristal de cuarzo tiene la capacidad de aumentar el poder de los pensamientos hasta 15.000 veces. Para que lo entendamos mejor…

Así como el micrófono amplifica nuestra voz, los cuencos nos ayudan a amplificar la energía de nuestros pensamientos.

Por ello, como hablaremos a continuación, estos cuencos son utilizados para la sanación de infinidad de malestares, la creación de espacios terapéuticos y la mejora de muchos aspectos de nuestra vida.

¿Qué uso podemos darle a los cuencos de cuarzo?

Uso de cuencos para el cuerpo energético:

Los seres humanos poseemos gran cantidad de cuarzo en nuestro cuerpo. Estas partículas cristalinas están presentes en todo nuestro organismo, especialmente en nuestros huesos, nuestra sangre, nuestra piel, nuestro cabello y nuestras uñas. Por ello, cuando exponemos nuestro espíritu al sonido armónico del cuarzo, podemos experimentar sensaciones realmente envolventes y placenteras.

Esta danza interna de nuestro organismo ante los mágicos sonidos del cuarzo, es una manera maravillosa de equilibrar nuestros chakras y liberar energías atascadas, lo que nos aportará una sensación de estabilidad emocional indescriptible.

Uso de cuencos para el cuerpo físico:

Las vibraciones armónicas de estos cuencos, despiertan un profundo efecto en quien las recibe, reduciendo la presión arterial, mejorando la circulación, reduciendo la frecuencia respiratoria y ayudándonos a dormir mejor, lo que traerá, sin dudas, grandes beneficios a nuestra vida no sólo en el campo energético, sino en nuestro cuerpo físico.

Uso de cuencos para el cuerpo mental:

El sonido de los cuencos, se utiliza para tratar los posibles desórdenes de ansiedad, estrés y depresión, siendo estas tres últimas los mayores problemas que experimentamos en la sociedad actual en la que vivimos.

Además, el sonido de estos cuencos permite que se libere en nuestro interior gran cantidad de oxitocina, a la cual conocemos como “la hormona del amor y la felicidad”. Esta oxitocina nos permite relacionarnos con los demás y con nosotros mismos de una manera mucho más positiva y beneficiosa.

¿Cómo funcionan estos cuencos?

Estos cuencos ponen a trabajar su poder mágico gracias a la “ley de la resonancia”, o “resonancia forzada”, que es esa maravillosa capacidad de hacer que las vibraciones más poderosas y potentes de un objeto, modifiquen a las vibraciones menos potentes de un objeto diferente, consiguiendo que ambos objetos sincronicen sus ritmos.

En este sentido, el sonido de los cuencos envuelve nuestro cuerpo dentro de su onda en forma de espiral, muy similar a la forma del ADN. Su sonido es regular y armónico, de modo que, al interior de este movimiento, nuestro organismo podrá sentirse rodeado de un masaje omnidireccional. La profundidad y sutileza de este masaje, hacen que cada una de nuestras células vibren de acuerdo a la frecuencia propia de los cuencos de cuarzo.

Estos cuencos producen un sonido de onda con una oscilación repetitiva y suave, lo que nos lleva a sentir una gran relajación física y mental.